Reflexiones sobre la importancia de la Filosofía

En este artículo, realizaremos unas breves reflexiones sobre la importancia de la Filosofía en el contexto actual considerando el desconocimiento que las personas en general posen sobre ella.

FILOSOFÍA

César Ojeda

5/8/20243 min read

Reflexión sobre la vida
Reflexión sobre la vida

Se encuentra un grupo de cuatro amigos en un café: Jorge, Néstor, Ricardo y Julio. En la charla, Ricardo dice a sus amigos que está estudiando filosofía; la pregunta que surge de manera inmediata por parte de Néstor es:

¿Y para qué sirve la filosofía?

Jorge responde:

Tienes razón, yo no he leído absolutamente nada y he vivido tranquilamente sin tantos problemas, no me ha hecho falta.

Julio, con tono burlón, remata:

La filosofía sólo es una pérdida de tiempo, deja de pensar en tonterías y ponte a hacer algo de provecho.

El relato anterior, aunque ficticio en cuanto a la escena, es totalmente real en cuanto a su contenido. Créeme… ya me pasó. Intenta decirles a tus padres que estudiarás filosofía y veremos qué sucede. Por ello, y antes de que hagas el experimento, quiero que tengas en mente lo siguiente:

La filosofía suele ser vista como una disciplina inútil, encerrada en los muros de la academia y sin ninguna aplicación práctica en el mundo real. Y es verdad que, en la sociedad actual, se valora más el hacer que el ser, más la eficiencia que la reflexión, más la inmediatez de los avances tecnológicos que las preguntas profundas sobre su sentido.

Sin embargo, justamente por eso es más necesaria que nunca. En un mundo dominado por el vértigo de la información, el consumo y la incertidumbre, la filosofía ofrece algo que ninguna otra ciencia puede dar: la capacidad de integrar, discernir y dar sentido a la experiencia humana en su totalidad. Mientras las ciencias particulares se especializan en fragmentos de la realidad, la filosofía busca comprenderla en conjunto, preguntando por sus fundamentos, su finalidad y su valor último.

Filosofía y mundo contemporáneo

Hoy, más que hace diez años, vemos que la filosofía no es un lujo, sino una necesidad. Frente a la crisis ambiental, la filosofía ecológica y la ética ecosófica plantean un diálogo urgente entre la técnica, la política y nuestra responsabilidad hacia la naturaleza. Frente a la inteligencia artificial y la biotecnología, es la filosofía la que pregunta por los límites, la dignidad humana y el sentido de la innovación. Frente a la globalización y el choque cultural, la filosofía invita al diálogo entre cosmovisiones, recordándonos que no todo puede medirse con la vara del mercado ni reducirse a algoritmos.

Filosofía y vida personal

Pero la filosofía no es solo un asunto académico o social; es, sobre todo, un ejercicio personal. Desde el momento en que el ser humano tiene uso de razón comienza a preguntarse por sí mismo, por el mundo y por lo trascendente. No filosofar no significa evitar las preguntas, sino dejar que otros (la publicidad, la política, la moda, las redes sociales) respondan por nosotros.

Practicar la filosofía nos permite cultivar el pensamiento crítico, el diálogo razonado y la capacidad de tomar decisiones con libertad y responsabilidad. Nos ayuda a reconocer que no somos solo engranajes en una maquinaria de producción y consumo, sino personas con dignidad y sentido.

Filosofía y transformación

Marx decía que la filosofía no debía limitarse a interpretar el mundo, sino a transformarlo. Sin necesidad de coincidir con su corriente, tiene razón en algo: pensar sin actuar nos condena a la esterilidad, pero actuar sin pensar nos expone a la barbarie. La filosofía no nos da recetas mágicas, pero sí nos ofrece criterios para orientar nuestras acciones hacia un bien mayor, tanto personal como comunitario.

En un tiempo en que proliferan las noticias falsas, la manipulación política, la ansiedad existencial y los dilemas éticos de la tecnología, la filosofía se revela como un espacio de resistencia y lucidez.

A modo de cierre

Quizá la pregunta "¿para qué sirve la filosofía?" parte de un error: se busca que sirva de manera inmediata, como si fuera un utensilio o una aplicación. La filosofía no es un martillo ni un algoritmo; es más bien el arte de aprender a vivir con profundidad, a no conformarse con respuestas superficiales y a mantener abiertas las preguntas esenciales.

En ese sentido, la filosofía no solo "sirve": es imprescindible. Porque mientras existan seres humanos que se pregunten por el sentido, la justicia, la verdad y la belleza, existirá la necesidad de filosofar.